La central nuclear más grande de Nippon, Fukushima, ha sufrido varias explosiones y un incendio, además de que el Gobierno ha advertido fugas radiactivas. Por eso mismo, el primer ministro japonés ha obligado a la gente que vive a un radio de 20 kilómetros que abandone el lugar, y a los que se encuentren a 10 kilómetros más a distancia, que se encierren en casa.
Desde que el tsunami de Sendai estalló en las islas que forman el famoso "Círculo de Fuego" por los distintos terremotos que han soportado, la bolsa ha sufrido una pérdida del 18% de su capitalización bursátil.
No ha servido la inyección de liquidez del Banco de Japón de más de 130.000 millones de euros para retener a los inversores, que parecen escapar del país como si les persiguiera la lepra. Lo mismo ocurre con la depreciación de su moneda nacional, ahora a 81,50 USDYEN.
Kaoru Yosano, el ministro de Economía, ha declarado hoy mismo que a pesar de las caídas, es necesario que el mercado siga abierto tras la catástrofe, ya que si no, el impacto internacional sería mayor.
A nivel poblacional, el segundo país más poblado del mundo después de China, cuenta ya con 2.414 bajas, y más de 3.100 personas desaparecidas, a parte de numerosos daños económicos en sus infraestructuras. Cifra que puede llegar a aumentar ante la advertencia de la tercera explosión esta noche.
Ana Chacorrén
JE-SIC
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